Hace mucho que no posteaba nada porque estaba
super ocupada con mi mudanza, que en realidad comenzó hace varios meses. Las
mudanzas siempre son traumáticas, pero también te llenan de ilusión, porque si
eres como yo, siempre quieres comprar cosas nuevas y te inspiras para decorar
los espacios.
El proceso comenzó en octubre cuando separamos
el apartamento. Un par de meses después, cuando comenzamos a comprar cosas
nuevas, las dejamos empacadas en la sala de la casita. En marzo comenzamos a
empacar todo lo que no usábamos a diario, y en abril vendimos la mayor parte de
los muebles, hasta la estufa, y nos pasamos casi dos meses colando café en una
hornilla eléctrica y cocinando en un horno eléctrico pequeño. Suena incómodo
pero fue muy divertido, porque solo soñábamos con nuestro apartamento nuevo. Decidimos
comprar muebles para la sala y el comedor, todo moderno y en colores neutrales,
que iban a convertirse en la base para accesorios coloridos. También compramos algunos
equipos para la cocina.
Una de mis mayores preocupaciones era Wiggy,
porque ella estaba acostumbrada a salir al patio y todas las mañanas maullaba
para salir, y cuando llegábamos ella esperaba en la puerta y salía corriendo. Me
aterraba pensar que se pudiera estresar por estar encerrada en el apartamento,
que pudiera saltar por la ventana o el balcón, que el estrés alterara su
comportamiento y hábitos alimenticios…me pasaba de todo por la cabeza, así que traté
de que la transición fuera lo más suave posible para ella. Un mes antes de la
mudanza, le lleve cuatro cajas vacías que conseguí en la oficina para que ella
jugara. Días antes de la mudanza, me lleve dos de las cajas para el apartamento
y las puse en su cuarto. El día de la mudanza, me lleve una bandeja limpia y la
arena y le prepare su caja de arena en su cuarto, también me llevé algunos
juguetes. Cuando terminamos de subir todo y ubicarlo (más o menos) en las
habitaciones correspondientes, y cuando se instalaron los escrines en las
ventanas, entonces la fuimos a buscar. Empacamos todas sus cosas que quedaban
en la casa, la pusimos en el transportador y la subimos al auto. Yo venía todo
el camino hablándole para tranquilizarla. Cuando finalmente la liberamos en su
cuarto, Wiggy encontró su caja de arena en un rincón al lado de un estante, tal
y como la tenía antes. También encontró su camita, sus juguetes, y las cajas
donde jugaba, todo lo que le era familiar. Ella salió y exploró su nueva casa. Al
principio estaba un poco asustada, pero ya está acostumbrada, le encanta. Esta más
tranquila, más dócil, pero se nota que está contenta. Ya no maúlla para salir
en las mañanas. A la fecha no se ha instalado la malla en el balcón, que es lo único
que nos falta para su seguridad, así que solamente sale bajo nuestra supervisión.
El próximo paso es comprar una correa para sacarla a pasear. Eso va a ser toda
una aventura. Te dejo algunas fotos de la decoración y de Wiggy disfrutando su
nueva casa. Estamos muy felices, y ella también :). Si
quieres saber cómo surgió la inspiración para decorar la sala y el comedor,
visita los post anteriores siguiendo los links.